El Terroir es un encuentro entre la tierra, el cielo y la mano del hombre para expresar su excelencia. Al final se trata de que todo el universo se concentre en una copa de vino.
Para entender la complejidad natural, el ser humano tiende a dividirla en partes: física, química, geología, climatología, biología…
Pero la naturaleza no se detiene en estas cosas. La naturaleza es tan sabia que es capaz de unificar todos los cambios ocurridos durante miles de siglos y aquello que pasa un año en un viñedo para conseguir el máximo equilibrio.
El hombre trabaja al dictado de la naturaleza, interpretando qué hacer en cada momento para dejar que siga su curso. De todo ello surge un terroir magnífico y único. Y no olvidemos que la finalidad del producto de este terroir, que la finalidad del vino, es el placer del ser humano.